Cuando era niña soñaba con un príncipe azul, aquel que vinieras a rescatarme. Me sentía identificada con Cenicienta, aquella princesa que sufrió tanto y al final vino el príncipe y se enamoró de ella, juntos fueron felices , no se porque, en mi infancia yo no sufrí ni tampoco estaba de esclava en mi casa, pero, la verdad es esa. Tampoco soy rubia ni tengo los azules, pero tenía las películas y era el cuento que siempre le pedía a mi papá que me leyera por las noche. Ahora me siento identificada con dos princesa, la primera la bella durmiente, aunque durmiendo no soy nada bella, pero me siento identificada solo porque duermo mucho. La segunda es Bella de la Bella y la Bestia, es una princesa simpática, que le gusta leer y a mi me encanta leer.
Estas princesa solo son cuentos e historias, solo es fantasía cuya función es entretener. Tenemos que saber que muchas de estas cosas no suceden en la vida real, y no por esta razón vamos a estar amargadas todo el tiempo. Hoy aprendí que los cuentos de hadas solo existen en mi mente, que todos esos príncipe no existen. Solo necesitamos a un hombre que nos quiera y nos respete. Pero en algún momento de mi vida pensaba que aquel hombre, nunca iba a llegar a mi vida. Pensaba que por ser pequeña ninguno se iba a fijar en mi, pero ahora tengo presente que mi historia no acaba y todavía no he llegado al final del cuento. Se que algún día encontrare, aquel hombre que me quiera y me valore tal como soy.
